Desayuno con…un nuevo amanecer para las tierras leonesas.

Leo con envidia, no exenta de indignación, la noticia publicada el 29-11-2019 –por el diario El Independiente– referida a la inyección económica vía real decreto, mediante la cual que se concede una subvención, por parte del Gobierno en funciones, de 30 millones de euros para el territorio de Teruel. Quizá sea el precio en el que el Consejo de Ministros ha tasado el valor del escaño conseguido en esta provincia. Hartos de su abandono, por parte de todas las fuerzas políticas –las viejas y las nuevas– los hombres y mujeres turolenses, se ha “tirado al monte” y han optado por elegir a su propio representante en las Cortes Generales. Esta noticia debiera hacernos reflexionar, a todos los paisanos y paisanas de nuestras tierras leonesas de Salamanca, Zamora y León, sobre  la acuciante necesidad de obtener representación leonesista en el parlamento del Estado.

Resulta desgarrador ver y leer noticias como esta. Entretanto l@s leoneses seguimos viendo y sufriendo como nos arrancan hasta la propia sangre. Apenas hace unas semanas que investimos mediante un voto esclavo, a esas figuras emuladoras del Mío Cid, que siguen blandiendo sus espadas sobre nuestras tierras yermas y vacías, descabezas y a las que apenas le queda un hilo de vida para resurgir y levantar su voz.

En las recientes elecciones, 9 de noviembre de 2019, fueron apenas 10.000 votos, muy lejos de lo mínimo exigible para lograr un escaño, los obtenido por la única opción leonesista que concurría a los comicios. Simplemente descorazonador. Algo no está haciéndose bien por parte de todos los que sentimos y necesitamos que nuestra tierra surja de su letargo apesebrado. Pero sin duda, la cuota de responsabilidad debiera ser mayor por parte del partido que concurrió a las elecciones citadas. Resulta inevitable hacerlo cuando analizamos y diseccionamos lo logrado por parte de la UPL. Los resultados obtenidos no se corresponde con ningún análisis sociológico, incluso los de la propia Yunta de Castiga. El número de votantes  que confiaron en UPL, resulta notoriamente inferior a los que declaran su sentimiento leonesista. Ello pudiera estar mostrándonos que existe un votante huérfanos de opción de voto. Pero tampoco el nivel de representación logrado en las anteriores municipales y autonómicas hacían presagiar otro resultado. Salvo error por mi parte, no he visto ninguna declaración de la propia UPL, reflexionando sobre esta situación. Si acaso algún lamento quedo, ausente de autocrítica del que se desprende una pobre capacidad de análisis, sin entrar en las profundidad que requiere la obtención de una cosecha tan pobre y poco esperanzadora para el futuro.

¿Cuál es la causa o causas que determinan un comportamiento tan errático? Y, una vez identificadas estas, ¿cuáles son las propuestas, por parte de UPL, tendentes a configurar una opción leonesista que ilusione y aúne ese sentimiento que sociológicamente sí parece existir?. Por supuesto que la solución no puede encontrarse en una cuestión aislada a modo de pócima mágica, pero resulta urgente abrir el escenario de la reflexión y establecer el debate necesario tendente a configurar, más pronto que tarde una opción transversal. Opción capaz de recoger en torno a ella un sentimiento de pertenencia e identidad leonesa que sin duda y a pesar de todo existe.

Hacerlo desde la generosidad, dando un paso atrás si fuera preciso, sin personalismos ni actitudes cerriles, buscando los denominadores comunes que nos unan a todos, es una necesidad imperiosa. Sin dogmas ideológicos, ni tampoco idearios identitarios excluyentes, capaces de ir configurando un proyecto nuevo, ilusionante y aglutinador de voluntades. Contribuyendo a crear el embrión que sea capaz de nacer sin el lastre de  herencias del pasado, en demasiados casos difíciles de entender y mucho menos de explicar. Pero también sin caciquismos locales, capitalinos o provinciales.

Un proyecto  surgido desde el corazón, en el que desde la nobleza del sentimiento y amor a la tierra que nos vio nacer, sea factible posibilitar el despertar las emociones de nuestras gentes. Un proyecto en el que seamos capaces de amanecer a un nuevo día. Un despertar nuevo que nos permitan sentir públicamente el orgullo de pertenencia a un territorio, en el que cabemos todos y que tan solo quiere y desea permanecer vivo para legarlo a los que nos sucederán.

Buenos y leoneses días…

pueblos vacios