Desayuno con…la estulticia cabalga por «Castiga»

Una mañana fría de este noviembre, mediado ya, me sitúa ante una noticia que por razones que a nadie se le escapan, no puedo concretar en demasía. Una demostración más del desprecio a nuestro Viejo Reino de León / País Leones y especialmente a sus gentes. Una práctica, por otra parte, reiterada en el tiempo que no pareciera tener fin. Amparados en la impunidad tolerada y permitida por demasiados, someten a  los paisanos de nuestras tierras al sufrimiento que implica este dislate y genocidio cultural e intelectual.

Un ejercicio más del aparato político administrativo de la “YUNTA DE CASTIGA”. La reedición del falso cid con su anti poema de mercenario subido, esta vez, a lomos de  la YUNTA.  Cabalgando y desplegando así, su estólida espada para cercenar de raíz un hermoso y altruista acto de colaboración intelectual. Un gesto que implicaba  beneficio para los territorios que forman el contubernio, en el que unos imponen, Castilla, mientras los del Viejo Reino siguen sometidos, desde el libre albedrio y con la impunidad que les permitimos. ¿Hasta cuándo este oprobio identitario?

Recordábamos recientemente en una tertulia de amigos, un texto del siglo XVI que tiene plena vigencia y por momentos de total actualidad. Me refiero al libro El Príncipe de Nicolás Maquiavelo. En el indica de forma inequívoca “de qué modo se ha de evitar por el gobernante ser despreciado y odiado”. Para afirmar de que: “odioso lo hace sobre todo el ser rapaz y usurpar los bienes…,de sus súbditos”. Continua el autor con un párrafo que los estultos mandatarios de la Junta, aún siguen sin conocer o entender: “siempre que al conjunto de los hombres no se les arrebate ni bienes ni honor, viven contentos…”. Quizá la solución para evitar tanta miseria intelectual y ética, pase por enviarles, a estos menguados caballeros desubicados en el tiempo y espacio, un ejemplar del citado texto.

Desde la discreción obligada por las circunstancias, pongamos que les hablo de un proyecto relacionado con la sanidad, en el que desde una ciudad castellana se está desarrollando un avance tecnológico, que despierta el interés de la Unión Europea por aportar mejoras en la calidad de vida de los ciudadanos.Un grupo de investigadores encargado del proyecto, deben sacarlo adelante para poder culminar su desarrollo y presentarlo ente la instituciones de la Unión. Lógicamente faltos de financiación, no son la fundación Villalar, acuden a sus propios entornos en busca de ella. Craso error. Entre los componentes del grupo de investigadores, los hay que son naturales de las provincias del Viejo Reino y en una de ellas, encuentra el apoyo que precisan de forma altruista, en un colectivo relacionado con la tecnología que están desarrollando. Como quiera que el apoyo encontrado pertenece a una entidad situada en las provincias leonesas, desde el centro tecnológico en el que prestan servicio, sus comisarios políticos fieles al adoctrinamiento habitual, les obligan a rechazar la ayuda encontrada en nuestras tierras, para buscarla de nuevo dentro del territorio castellano.

Más allá de las consideraciones que a cada uno le pueda parecer esta descripción triste y real, no muy lejana en el tiempo, no puedo menos que expresar mi indignación, mascullando increpaciones irreproducibles y repitiéndome a mí mismo: los estultos cabalgan de nuevo destruyendo nuestra tierra, mientras nos quema el alma, y los corazones de dolor se abrasan, feneciendo sumisos y silentes, hundidos en el fango del destierro…

Buenos y bañezanos días…

El Cid Tirano