Desayuno con… las «amotos» por montera.

¡Ay! Don Félix Lope de Vega, como explicar a su ilustrísima que, en una pequeña ciudad del Viejo Reino de León, concretamente en La Bañeza, le pondrían su nombre a una corta e ilustre calle. Si añadimos que no es un espacio en la que habiten escribanos, escritores o poetas, ni políticos, ni tampoco actores o autores de comedias teatrales, seguro que sorprenden a vuecencia. Ahora, convendrá usted conmigo que en la pequeña calle habitan grandes artistas. Dibujantes de lo efímero, autores de grabados indelebles de los que permanecen en las atónitas miradas de los afortunados espectadores que logran verlos actuar. Especialistas en trazar curvas imposibles desafiando los principios de la física, entre alaridos de cabalgaduras, que poco entienden del refinamiento de sus obras y comedias.

Don Lope, sabrá usted que en el corto espacio de la calle que lleva su nombre y que desemboca en una de las míticas curvas de nuestro querido circuito de velocidad, residen no uno, ni dos, sino hasta cinco jinetes que en ruidosas monturas metálicas, ya ve cómo ha cambiado el cuento, vuelan sobre el oscuro suelo hasta romper en cada vuelta el crono de la anterior, en un viaje contra el tiempo, como si estuvieran apremiados por la prisa. Ellos forman el quinteto desafiante que de haber sido contemporáneos suyos, por su arrojo y valentía, bien podían haberse embarcado con usted en la armada invencible en la búsqueda de castigar los desaires del inglés, tan en boga de nuevo en nuestra tiempo.

Sergio Vidales, David García Bango, Álvaro Cordero y su hijo Arai de apenas nueve años, junto con Daniel Domínguez Bailez con doce recién cumplidos, forman este quinteto. Hoy sábado de carreras, se inicia el 59 gran premio ciudad de La Bañeza. Sin duda un día especial para los bañezanos y los foráneos que nos visitan, algunos, muchos, echaremos de menos a los que nos enseñaron el camino de las carreras de las “amotos”, y que ya no están entre nosotros.

Pero hoy, sábado, realmente es un día distinto, yo diría que el día, para un zagal de mirada especial: ¿lo recuerda Don Lope? Sí, el mismo, Daniel Domínguez Bailez, ese zagal de mirada penetrante y franca que cautiva con su sonrisa. Hoy debutará en su circuito, el de su casa, el que con apenas doce años ha soñado e imaginado tantas veces. Será un momento que quedará grabado en su mente y en su corta vida de intrépido piloto, subido en su montura metálica con el dorsal 25. Durante este fin de semana mágico de las “amotos”, debutara en las mangas de exhibición que componen las jornadas de entrenos y competición. Lo hace por invitación de los nuevos gestores del MCB, buen gesto señores. Gracias en mi nombre y el de muchos bañezanos que ansiábamos poder contemplar a nuestro pequeño campeón. Será una magnifica forma de aplaudir al ganador ya, de una de las pruebas del Campeonato de España SM 85 y copa Hawkers Kup 85 c.c., en las que compite esta temporada.

Hoy, Don Félix Lope de Vega, sentiremos la emoción, todos, incluido usted eminencia, al verle trazar curvas imposibles, haciendo gemir a su montura metálica, pero montura al fin, mientras araña con sus rodillas de plomo el asfalto inmaculado de nuestro circuito.

En esta conversación atemporal convendrá usted conmigo, que hemos de dar espacio y notoriedad a la aventura de este zagal, un chavalín de apenas doce años, Daniel, que echándose la moto por montera se ha lanzado a la conquista de los circuitos de esta España nuestra. Luchando contra molinillos sin viento y aspirantes a hidalgos, que sigue tan convulsa y cainita como la que hubo de vivir usted. Ya ve Don Lope de Vega, varios siglos después y seguimos anclados en las mismas miserias.

Seguro que Daniel nos deleitará este fin de semana y nos hará olvidar fugazmente, las penurias de cada día. No debiéramos olvidar, Don Lope, a sus otros vecinos, Sergio, David y Álvaro, que también estarán presentes en este fin de semana a lomos de sus cabalgaduras metálicas, sin alaridos de queja equinos, pero con los característicos ronquidos de sus motores bramando.

Convendrá usted, Don Lope, que llegados a este punto cuento con su aquiescencia para poner punto final a esta prolija platica, recordando el nombre de una de sus obras que vienen a resumir tanta diatriba, –el mejor maestro, el tiempo

Buenos y bañezanos días.