Desayuno con la RADIO (II parte)

Esta mañana dominical en la que el general invierno nos ataca sin piedad, en mi desayuno con la RADIO, mi viaje por las ondas hertzianas me retrotrae a las tardes de finales de los 60 en la frontera con los 70. Entonces la Vuelta a España se celebraba en el mes de abril, que como ya dice el refrán aguas mil.

Después de las clases en el Instituto, así se llamaba entonces, regresaba con prontitud a mi casa para sintonizar la radio. Era el momento en el que aquellos locutores de la época nos contaban lo ocurrido en la etapa diaria de la Vuelta. Narraciones que me hacían vivir con intensidad lo que ellos denominaban, «gestas heroicas de los esforzados de la ruta». Luchaban contra la lluvia, el frío, los míticos puertos  de nuestra montaña, en dura pelea con los aguerridos contrincantes que atacaban justo en el momento en el que a alguien le flaqueaban las fuerzas o sufría un pinchazo.

Nombres míticos del noble, entonces, deporte de la bicicleta como Jose Manuel Fuente el Tarangu, Paco Gabica, Luis Ocaña o nuestro leones de la ruta Jose Luis Lopez Rodriguez. También la presencia de los Pingeon, Janssen y como no el gran Eddy Merckx, suponían un plus de dificultad.

Esas narraciones locutadas con maestría por Salvador Recio Leyva, entre otros. Sonaba Radio Nacional, en aquellos tiempos de la radio en que no se que parte era real y cual era ficción. Lo cierto es que me absorbían trasladándome a las sinuosas subidas de los puertos, a las peligrosas bajadas con curvas imposibles de trazar, a los abanicos que el viento caprichoso, dibujaba de colores en las rectas sin fin de la meseta…

Buenos días, sigo a la escucha . . . RADIO 1

Desayuno con . . . LA RADIO

Un vuelo de imaginación y recuerdos por las ondas. Inevitablemente me traslada a la infancia, allá por la década de los sesenta. En el recuerdo, aquellas largas tardes del verano, con la banda sonora de la época, la canción del Colacao, y su ciclista que era el amo de la pista…..,que surgía entre las voces de Matilde Conesa y Guillermo Sautier, que ponían la voz, en las novelas radiofónicas. Mientras, las mujeres, nuestras madres, cosían y recosían luchando contra el final de la prenda que tanto sudor y esfuerzo había costado adquirir.Entretanto los niños, corríamos simulando un partido de fútbol sobre un césped inexistente en el que la hierba era sustituida por el suelo pedregoso de una calle, de barrio humilde, para la que el asfalto era un visitante aún desconocido.

Mas emocionante eran las noches, mientras mi padre sigilosamente y con temor en la mirada, intentaba sintonizar a Radio Pirenaica o Radio París, en la que nos contaran la otra realidad, la de verdad, en todo caso distinta, muy distinta de la oficial. Este es mi recuerdo hoy de la radio. Buenos días a todos, sigo escuchando . . . .

Foto de Felix Asensio Brimez.